Lo primero que se viene a la mente al definir qué es el arte, es que se trata de la concepción de diversas piezas creativas, producto de una actividad artística o pictórica. Pero la definición de arte va mucho más allá de ello, pues simultáneo a la producción de obras se encuentra el comercio del arte, compuesto por todo un conjunto de actores e instituciones que tiene como objetivo principal valorar y cotizar las creaciones artísticas en el mercado. ¿Quieres saber mucho más sobre el mercado del arte? No te pierdas este artículo, referente al negocio artístico y los componentes que conforman ese interesante ámbito.
Todo sobre el negocio del arte
Al investigar qué abarca el arte, nos encontramos que no solo tiene como tarea producir obras, sino que también lleva a cabo la comercialización de las mismas dentro de un mercado determinado. Muchas instituciones del arte y sociedad se conjugan en el negocio artístico, con el objetivo de adquirir las piezas ofrecidas por agentes individuales, especialistas u organizaciones dedicadas al mercado artístico.
¿Qué es el mercado del arte?
Consiste en la mercantilización de una determinada obra o colección de obras de arte de la mano de personas que operan de forma individual como agentes o por parte de instituciones especializadas en la materia. Podría decirse que el negocio artístico tiene dos divisiones: una, dedicada a la comercialización primaria de piezas artísticas una vez producidas por su autor, y la segunda, donde se ofrece al mercado obras denominadas de segunda mano por medio de la reventa gracias a subastas o de la mano de vendedores de arte o marchantes.
Como todo negocio, tiene sus riesgos, por lo que la estafa y la falsificación de acuerdo al tráfico de obras de arte han sido algunas de las actividades negativas ejecutadas dentro de este tipo de comercio a lo largo de su historia. Sin embargo, el mercado del arte en la actualidad ha hecho enormes esfuerzos para que cada vez más sea más efectivo y seguro vender y comprar obras de arte gracias al conjunto de agentes comprometidos para desarrollar las labores propias de este comercio.
Actividades desarrolladas por el circuito del mercado del arte
Como se trata de la explotación comercial de las obras de arte concebidas por un artista en específico, el negocio artístico desarrolla todo tipo de actividades relacionadas con la fijación de precios, estudios de oferta y demanda, promoción de la carrera de autores y creadores, valoración en cuanto a autenticidad de las obras y finalmente, la compra y venta de producciones artísticas.
Recorrido por la historia del mercado del arte
Si se hace un repaso por la evolución del arte en toda su historia, se puede ver que los antecedentes de lo que hoy se conoce como comercio del arte se remontan a encargos directos entre cliente y artista, siendo muchos de estos últimos catalogados dentro del grupo de artesanos.
Edad Media
Con la llegada del Medioevo, el arte comenzó a forjarse como un mercado lucrativo que impulsó un importante tráfico de obras de arte, sobre todo dentro de la pintura, escultura y grabado, por ser estas disciplinas las ejecutantes de piezas de fácil entrega y movilidad. No obstante, la producción de muebles también tuvo un significativo auge en esta etapa donde los encargos a artistas eran cada vez más constantes, siendo la aristocracia del momento y los señores feudales los principales beneficiaron del mercado del arte de la época.
Renacimiento y mecenazgo
Con el fin de la Edad Media y el establecimiento del Estado-Nación, muchos de estos territorios eran el asentamiento de familias privilegiadas, social, económica y políticamente hablando, por lo que el arte pasó de ser un simple oficio a convertirse en un mercado muy cotizado que contó con el patrocinio de algunas de las importantes figuras y miembros de los grupos familiares poderosos, como el caso de los Médici en Florencia, quienes amasaron su fortuna gracias al manejo de la banca durante los siglos XV y XVI, aspecto que les permitió financiar la carrera de mucho de los artistas que pasaron a ser considerados como maestros y que, incluso, ascendieron socialmente.
Fue en esta etapa histórica que el arte adquirió fama como símbolo de riqueza y poder de la mano del patrocinio manejado por el mecenazgo, hecho que se prolongó aproximadamente hasta el siglo XVIII durante la Edad Moderna.
En el caso de los artistas, muchos de ellos recibieron títulos nobiliarios y fueron designados para cargos diplomáticos, todo ello por ser personas de confianza para los gobernantes de turno que, además, les asignaba funciones del coleccionista de arte en su representación, hecho que les permitía adquirir obras en el extranjero para contribuir con el enriquecimiento artístico privado de reyes, aristócratas y otras figuras de renombre.
Así también ganaría notoriedad la compra de antigüedades, tan solicitadas por personajes importantes que comenzaron a interesarse en la arqueología y el arte antiguo.
Para esa época, entre los núcleos con preponderancia dentro del comercio del arte estaban Amberes, Ámsterdam, Roma, Venecia y Florencia, siendo estas dos últimas ciudades destacados centros artísticos debido a sus significativas escuelas pictóricas.
Finales del siglo XIX y el arte contemporáneo
Con la llegada de nuevas corrientes que se deslindaron de las técnicas convencionales fijadas por escuelas y academias en siglos pasados, el mercado del arte también cambiaría su dinámica, ya que no se basaría en el mecenazgo como se había hecho hasta ahora, sino que pasaría a fundamentarse en las opiniones de la crítica artística, quienes admiraban el trabajo de los artistas del momento, expuestos en galerías y recintos tanto oficiales como los de rechazados, como se dio en París durante el siglo XIX.
sí, la valoración popular tendría una trascendencia determinante en la captación de clientes, pero algunos de los conservadores agentes vieron en este ambiente un entorno de incertidumbre e inseguridad, ya que así no se garantizaba el valor económico que podía tener una obra.
Por tanto, el surgimiento del marchante como figura relevante para el apoyo y patrocinio de los jóvenes artistas de aquel entonces, ayudándoles a establecer contactos con museos, galerías, colecciones privadas y personajes interesados en los nuevos movimientos artísticos.
Ya para el transcurso del siglo XX, especialmente durante el periodo posterior a las guerras, comenzaron a elevarse las críticas en torno a la desigualdad económica que representaba el negocio artístico, en comparación con la realidad que presentaba todo el mundo, por lo que cada vez se hizo menos accesible la adquisición de obras, solo hecha por los sectores sociales más privilegiados, afianzando mucho más su prestigio dentro de la sociedad.
Para contrarrestar esto, se fundaron museos y galerías orientadas a enriquecer la cultura de un país determinado, consolidando dicho objetivo con las visitas públicas a estos recintos, a fin de que se establezca una nueva forma de apreciación del arte no desde un ámbito meramente económico, sino también para garantizar el alcance enciclopédico y educativo que estas instituciones transmiten a sus visitantes. Para ello, se apoya tanto en las políticas públicas como en el sector privado para dar a conocer obras de arte de todas etapas históricas, haciendo especial énfasis en la producción artística llevada a cabo por jóvenes creadores.
El comercio del arte en la actualidad
Si se hace una comparación del negocio artístico de etapas antiguas con el presente, se pueden notar enormes cambios. Si bien hoy continúa siendo un negocio multimillonario, se le ha dado apertura y acceso amplio a toda aquella persona que pueda comprar una obra de arte, sobre todo gracias al mercado secundario que se dedica a la reventa de piezas.
Asimismo, la revalorización del trabajo artesanal ha sido primordial para la reorientación del arte como valor patrimonial, como bien podría decirse del mercado del arte en México, por ejemplo, donde la mayoría de las producciones son negociadas directamente entre el artista y la clientela, todo ello como resultado de la importancia artística, patrimonial e histórica que tiene el país azteca en el mundo.
Otra muestra de la accesibilidad al arte son las denominadas ferias de arte popular muy en moda en el presente, respondiendo y adaptándose a la labor de emprendimiento de los creadores y a una nueva perspectiva que busca promover el arte como un medio utilitario más que estético y decorativo, como bien puede verse en el mercado del arte en Argentina, que cada vez más apoya la trayectoria profesional de artistas que buscan la captación del público por medio de obras creadas de forma manual y con fines de provecho.
Agentes que conforman el mundo del arte
Dentro del comercio del arte converge un conjunto de actores que llevan a cabo distintas funciones dentro del negocio en cuestión. Estos son:
Artistas
Son los encargados de la producción artística que, posteriormente, será comercializada dentro del mercado del arte. Pueden dedicarse a una o varias disciplinas creativas y sus carreras son apoyadas, en su mayoría, por las galerías de arte y museos para dar a conocer su trayectoria y establecer el reconocimiento y renombre en ellos, tan importante para la valorización de sus obras.
Marchantes
Cumplen el rol de ser intermediarios entre el artista y los galeristas, dando apoyo a los primeros para mostrar sus obras a la potencial clientela, asumiendo así el papel de representantes de los artistas. De igual manera, son los destinados para la compra y venta de obras de arte, ya sea por medio de una sola persona o de una empresa destinada para tal fin.
Editores
La figura del editor de arte se hace presente más que todo en las artes gráficas y visuales, ya que su tarea es la de pulir los detalles que pueda presentar una obra y corregirla y editarla antes que el público la aprecia y la adquiera.
Coleccionistas
Se trata de aquella persona o institución pública o privada que se da a la tarea de recopilar obras de arte en forma de colección, ya sea para enriquecer su patrimonio económico o para el resguardo y conservación de estas piezas.
Instituciones encargadas del mercado del arte
Por supuesto, dentro del comercio del arte también existen instituciones y organismos destinados para la fijación de precios en la compra y venta de obras, previo estudio del mercado. Estas instituciones son:
Galerías
Son las instituciones públicas o privadas que tienen como objetivo gestionar, exhibir y promocionar obras de arte con fines comerciales, siendo una práctica muy frecuente en el arte visual. Exponen obras por tiempo limitado y sirven como puente entre la relación artista-comprador, base fundamental del mercado de arte primario.
Museos
Si bien son instituciones que exhiben las obras de artistas determinados, se distinguen de las galerías por su objetivo hacia lo pedagógico y académico, siendo algunos de ellos incluso importantes centro de investigación dentro de la historia del arte.
Casas de subastas
Son instituciones especializadas dentro del comercio de arte secundario, donde se revenden obras de forma libre conforme a la oferta y demanda de la clientela. Se manejan a través de catálogos que muestran a los participantes la producción artística que va a ofertarse el día fijado para la subasta.
Si investigas para qué sirve el arte, podrás ver que su objetivo va mucho más allá de la producción de obras, abarcando todo un mundo relacionado a la promoción, valorización, compra y venta de piezas a través del comercio del arte. Esta práctica fue símbolo de prestigio y élite desde sus inicios, pero hoy en día, el mercado del arte se ha reorientado para dar acceso a toda la sociedad que pueda adquirir una pieza, ya sea con fin utilitario o para todo aquel aficionado al mundo creativo.