Organizar y producir una exposición de arte (segunda parte)
Cuando se va a realizar una exposición de arte, hay que pensar muy bien cuál es el público al que se espera en la muestra. En ningún momento hay que subestimar al público. Pero pensar en él no sólo es una tarea del artista sino de la propia institución ya sea el museo u otro espacio para promover y convocar a la audiencia en general.
En muchas ocasiones, la audiencia se tiene que generar y construir, haciendo que se identifiquen con lo que se va a exponer. Lo ideal en estos casos es poder segmentar y focalizarse en un grupo de interés que tenga potencial a lo que se espera y no a un público general.
Por otro lado, cuando nos referimos a una buena exposición de arte, nos estamos refiriendo a que hay detrás una buena política de cultura. La exposición de arte no deja de ser un vehículo entre las personas y el artista así como también de la cultura, por lo que acerca al público a distintas emociones que se expresan a través de la pintura.
Podríamos decir en algún punto, que una exposición es como un diálogo entre las personas y el arte.
Así es entonces como se debe entender que la exposición es un conjunto de elementos que se deben de coordinar y combinar de forma tal que logren esa conexión con el público.
Por eso es que para crear una exposición exitosa se debe de tener el material adecuado, con un conjunto de obras que creen un discurso claro y conciso en ello.
Los materiales en la exposición así como el montaje debe de estar a la altura porque en muchas ocasiones el público tiene que pagar una entrada para poder ver la exposición de arte y se merecen la mejor calidad en todos los sentidos.