Autor: XPinyol

¿Es buen negocio invertir en arte?

Mientras muchos de los que antes eran buenos negocios se caen como castillos de naipes, el arte cada vez se valoriza más. Una guía para principiantes (y presupuestos pequeños) de cómo ver dinero donde los demás sólo ven cuadros.

Cuando me invitaron a escribir este artículo pensé en transmitir al lector algunas herramientas básicas que le permitan iniciar su propia colección de arte. Lo hice pensando en una persona sin ninguna experiencia en la materia, y basado en algunas preguntas básicas que yo mismo me haría si estuviera a punto de empezar mi propia colección de arte.
Entrando en materia, ¿cuál es el primer paso antes de comenzar a comprar?
Pienso que hay que tomarse en serio el tema de coleccionar arte, pues es costoso y requiere de tiempo. Además, tan pronto uno empieza no quiere parar. La lectura de revistas especializadas y libros de arte es vital. También hay que visitar museos, exhibiciones privadas, bienales y ferias de arte. Es básico tomar cursos de historia del arte. Cultívese y no se preocupe por sentirse recién sofisticado, puesto que nunca es tarde para comenzar a aprender de arte.

No pretenda que sabe sin saber, pues si hay un medio en el que es complicado cañar es este. Recuerdo que participábamos en una feria hace algunos años y exhibíamos la emblemática obra Los amantes, de Fernando Botero. De pronto pasó por el frente una pareja joven, y el novio, antes de pararse en frente de la obra, leyó fugazmente un catálogo que estaba sobre la mesa. Después le dijo a su novia, con voz de locutor de radio: “Mira ese León Tovar”. Por supuesto, no pudimos controlar la risa y nos tuvimos que salir del pabellón para que no notaran nuestra burla. Así que, por favor, no pretendan posar de eruditos del arte si no lo son, lo mejor es preguntar. Además, ese es el trabajo de las galerías: explicar el tipo de artista, el origen, el concepto y la técnica de las obras.

Tampoco tema entrar a una galería o a un stand de una feria a preguntar los precios de las obras. Eso no lo compromete a comprar. El dealer está para dar respuestas, pero no olvide que él también está para promover a sus artistas. Por eso es bueno que usted tenga claro de antemano lo que está buscando para su colección y así no entrar en confusiones. Por eso el enfoque es algo primordial. No se disperse en cuanto a lo que quiere coleccionar, pues lo ecléctico es costoso y lo puede llevar a ser, en vez de coleccionista, un vendedor de las piezas que compró a la ligera.

Entonces lo primero que hay que hacer es definir lo que realmente le gusta. Por ejemplo, fotografía, escultura, arte conceptual o minimalista. El arte emergente (es decir, de artistas jóvenes y poco conocidos), es quizás el más accesible para un presupuesto modesto. Pero no por ser emergente significa que sea bueno. Primero se debe seleccionar lo mejor de las propuestas contemporáneas, y para eso hay que estar al tanto de los salones de artistas regionales y nacionales, las bienales y exposiciones privadas y públicas. Por ejemplo, asista al evento Arte Cámara, que promueve la Cámara de Comercio de Bogotá cada año durante la feria ArtBo. En fin, involúcrese en el tema, pues entre más sepa, mejor va a comprar. Es así de sencillo.

Otra pregunta frecuente es: ¿cuál artista hay que comprar, o cuál tiene futuro en el mercado? Es obvio que la respuesta no es tan sencilla como se cree. Lo primero que se debe aclarar es que ese tipo de información le representa al dealer una remuneración, pues esa es la base de su trabajo. Recomiendo asesorarse por un profesional con buena reputación y nunca arriesgarse a la compra ‘primípara-intuitiva’, pues la falta de conocimiento e intuición (o buen ojo o buen oído) son la receta perfecta para el fracaso de su inversión. Son pocos los empíricos que han logrado salir victoriosos en este negocio.

Otro aspecto importante de resaltar es el precio de las obras, en especial dentro del mercado primario (venta o representación directa del artista). Por lo general, los precios en este segmento tienen un margen de ganancias en el que se puede negociar un poco. Sin embargo, no olvide que parte de este margen es utilizado por la galería para la promoción de los artistas, como invitaciones a las ferias, publicidad, diseño de los catálogos, eventos de inauguración, transporte de las obras, seguros y un largo etcétera. Estos costos salen del porcentaje de cada venta de una obra. Entonces, como quien dice, pida descuento, pero no exagere, pues si jala mucho el caucho este se puede reventar y la galería perderá interés en usted como coleccionista: sucederá con total seguridad que lo marginen y no lo mantengan al tanto de sus nuevos artistas o simplemente que no cuentan con usted para las inauguraciones. Y en este negocio lo peor que le puede pasar es estar desconectado.

Ante todo hay que hacer las cosas de manera correcta. Hace algunos años le escuché decir a un coleccionista que había obtenido un precio de taller. Por lo general, si el artista es serio y es representado por una buena galería, no tiene la necesidad de vender desde el taller y mucho menos dar descuentos especiales, pues esto deslegitima su propio trabajo y el del galerista. ¿Se imaginan lo que pasaría si una galería ha promocionado a un artista por algún tiempo y ha logrado vender sus obras, digamos a un precio de diez millones de pesos, y un buen día el mismo artista decide vender a otro coleccionista en el taller, por digamos seis millones? Esa jugada pondría en peligro todo el trabajo de la galería y todo el mundo querría las piezas a seis millones, bajando de inmediato el precio de las obras vendidas con anterioridad. Yo opino que nunca se debe comprar al artista a espaldas del galerista, ya que esto trae unas consecuencias que el mercado cobra tarde o temprano.

Coleccionar arte es comenzar un ciclo de vida que algún día se va cerrar. No hay ningún coleccionista que en el fondo no sienta en algún momento la necesidad de vender o donar una pieza de gran valor. He visto muchas colecciones que cierran años después obteniendo dividendos insospechados para sus herederos. Porque en el fondo nadie compra sin pensar en el valor de las obras a futuro. Este es un negocio único, con ventajas culturales sobre cualquier otro. Coleccionar arte cambia la vida de manera positiva, pues el coleccionista verá y será visto con otros ojos.

Fuente: El Tiempo

¿Hay oportunidades de negocio en el mercado online del arte?

El mercado del arte sigue creciendo a través de operaciones online y representa una oportunidad de negocio a tener en cuenta por parte de los profesionales de la mediación, aunque es cierto que es un sector con muchas particularidades que requiere de una cierta especialización. Las ventas en este segmento crecieron un 4% en 2019 y la cifra de negocio fue de 4.338 millones de euros.

El informe Hiscox Online Art Trade Report 2020 califica de “moderado” el aumento registrado el año pasado. Lo cierto, es que en 2018 fue del 9,8% y ya son cuatro los ejercicios en los que en crecimiento se reduce año a año. No obstante, cada ejercicio ha sido mejor que el anterior, y los expertos destacan que el futuro puede ser todavía mejor.

El informe de la aseguradora especializada en el mercado del arte destaca que la pandemia “podría suponer un punto de inflexión para las ventas online. Un 80% de las plataformas de venta de arte en el entorno digital consideran que venderán más durante los próximos 12 meses y el 65%, según el estudio de Hiscox, creen que el impacto de la pandemia en este mercado online será “permanente y transformador”.

Los datos existentes avalan las sensaciones de los operadores. En el primer semestre de 2020 las ventas online de las tres grandes casas de subastas (Christie’s, Sotheby’s y Phillips) crecieron un 436% en comparación con el mismo período del año anterior. El 28,3% de las ventas en subastas fueron a través de plataformas online, mientras que durante la primera mitad del 2019 supusieron un 1,2%.

Uno de los aspectos que destaca el informe de Hiscox es que son los coleccionistas más jóvenes los que más se decantan por realizar sus operaciones en el entorno digital. Por lo que respecta a los productos, las bellas artes con un 32% de las ventas online totales lideran el mercado, mientras que los artículos coleccionables como los sellos y objetos de recuerdo suponen una cuarta parte del valor de las operaciones.

Fuente: elcol-legi.org

Subastan una obra de arte hecha con IA por 432.500$

La pieza provocó una guerra de ofertas entre cinco postores que duró unos siete minutos.

Está firmado por el artista: «min G max D Ex[log(D(x))] + Ez[log(1-D(G(z)))]». Un retrato creado por inteligencia artificial alcanzó el jueves los 432.500 dólares en Christie’s en Nueva York; se trata de la primera vez que una importante casa de subastas ofrece una obra de arte generada por una computadora.

La impresión sobre lienzo, titulada «Edmond de Belamy, de La Famille de Belamy», muestra una imagen borrosa e inacabada de un hombre. Se estimaba que la obra, presentada en un marco de madera dorado, alcanzaría los 7.000 dólares y 10.000 dólares.

(Lea: Las pymes deben adoptar la Inteligencia Artificial para más ganancias

El trabajo fue una creación de Obvious Art, un colectivo con sede en Paris, con la ayuda de un algoritmo conocido como GAN (Generative Adversarial Network). «Alimentamos el sistema con un conjunto de datos de 15.000 retratos pintados entre el siglo XIV y el XX», dijo a Christie’s Hugo Caselles-Dupre, miembro del colectivo.

(Lea: Los cambios de la inteligencia artificial al mundo de los negocios

La pieza provocó una guerra de ofertas entre cinco postores que duró unos siete minutos, y fue un comprador anónimo por teléfono quien ganó, dijo la portavoz de Christie’s, Jennifer Cuminale.

«Es un momento emocionante y nuestra esperanza es que la atención que ha captado esta venta traiga a consideración el increíble trabajo que nuestros antecesores y colegas han estado produciendo», señalo el colectivo en un comunicado. «Agradecemos a Christie’s por abrir este dialogo en la comunidad artística y nos sentimos honrados de haber sido parte de esta conversación global sobre el impacto de esta nueva tecnología en la creación de arte».

Fuente: portafolio

Arte y cultura, otro nicho de negocio para los emprendedores

Emprender en cualquier ámbito no es una tarea fácil. Son muchas las zancadillas que, en numerosas ocasiones, hacen a los emprendedores perder el equilibrio. El IVA cultural es una de ellas. Una asignatura pendiente en nuestro país, si tenemos en cuenta la importancia de este campo.

Tanto es así que en palabras de Santiago Arroyo Serrano, presidente de la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas (Fibicc) y coordinador del programa de apoyo al emprendimiento cultural de jóvenes españoles en el exterior, CultUp, «la cultura es uno de los sectores estratégicos de todos los países europeos, debido a su bagaje histórico, patrimonial y creativo, que la convierte en una herramienta fundamental para muchos proyectos innovadores».

Precisamente esta iniciativa se encarga de fomentar y apoyar el emprendimiento cultural más allá de nuestras fronteras. La idea surgió inicialmente de forma online, pero ya se ha materializado en un proyecto tangible que, a través de, entre otros recursos, sesiones de networking con empresas e instituciones locales ayuda a los emprendedores a crear su empresa o mejorarla.

Para eso, su coordinador asegura que cuentan con «las organizaciones más importantes de apoyo a la creación de empresas en cada país». De esta forma, el programa pretende que «los jóvenes españoles puedan desarrollar su talento acorde con sus recursos y habilidades, y fomentar su talento en otros países, ya sea en Asia, Europa o América, pero siempre con la perspectiva del retorno a España», asegura Arroyo, quien añade que «el movimiento cultural y la fuerza de las audiencias es mucho más intenso en Iberoamérica, aunque hay países como Alemania, Reino Unido o Bélgica que tienen un entorno muy favorable». Se enfocan a los jóvenes porque «son ellos quienes habitualmente tienen más dificultades para incorporarse a un mercado laboral acorde con sus titulaciones».

Potencial tecnológico

Las nuevas tecnologías también han llegado a este sector para dinamizarlo. Así, lo está demostrando Coté Soler, fundador y consejero delegado de Entradasymás, una plataforma web de venta de entradas. «Siempre me pareció que el sector cultural estaba en pañales tecnológicamente y que tenía un potencial brutal. Teníamos demasiada dependencia en dos puntos claves: comunicación y venta», asegura.

De esta forma surgió este proyecto que, a diferencia de otras webs de venta de entradas, carece de comisiones e intermediarios. «Las webs de entradas viven de cobrar una comisión al teatro y otra al espectador. Nosotros hemos eliminado ese concepto, ya que nos conectamos directamente al sistema de ventas del teatro», defiende su fundador. Pero obtener un producto al mejor precio no es lo único que está pidiendo el cliente hoy en día. Por eso, esta empresa introdujo el concepto de ymás, por el que ofrecen a sus espectadores acceder a rodajes, ensayos, estrenos o prestrenos.

Para ello, la compañía cuenta con la participación de más de 70 actores, productores o directores. «Su apoyo es fundamental, porque este grupo unido tiene una capacidad de alcance de 5 millones», reconoce Soler, quién añade que hasta la fecha han hecho ymás con actores como Paco León, Matthew Fox, Antonio de la Torre, Antonio Resines o Dani Mateo e instituciones como el Museo Thyssen.

Internacionalización

Otro ejemplo de cómo emprender en el ámbito cultural es la pyme Tuprotagonista, que ofrece novelas personalizadas y que, tienen pensado desembarcar en Latinoamérica. De esta forma, en palabras de Arroyo: «Raro es el proyecto cultural que no puede internacionalizarse en todos los sentidos».

Además, este sector se ha convertido en un ámbito cada vez más transversal. Así, en palabras de Arroyo «los tiempos evolucionan muy rápido y las instituciones públicas que han capitalizado el mundo de la cultura han de entender los cambios del presente.» De esta forma, Arroyo defiende que, a pesar de las dificultades que envuelven a este sector, éste «tiene mucho futuro, siempre que los emprendedores cuenten con el talento y el entusiasmo necesario.» Así, este campo, tan ligado a nuestro sistema de valores y a nuestra forma de vida, es un nicho de mercado suficientemente potente para dar cabida a un amplio abanico de negocios, que convierten a este arte en un recurso estratégico para el país, gracias «a la posición de España y al incremento de visitantes», tal y como ha reconocido Arroyo.

Fuente: eleconomista

La joven de la perla ilusoria

El Mauritshuis presenta los frutos de un examen científico de la obra

El Mauritshuis de La Haya dio a conocer ayer los frutos del examen científico llevado a cabo en el centro a la obra más emblemática de Vermeer: Joven de la perla (hacia 1665). Esta investigación interdisciplinar, desarrollada por un equipo internacional de expertos, se ha acercado más que nunca a los entresijos técnicos de la pintura y, aunque no ha desvelado el gran misterio de la identidad de la modelo (muchos pensarán que es mejor así), sí ha arrojado un buen número de hallazgos.

El proyecto se bautizó como The Girl in the Spotlight, se ha servido de técnicas de imagen y escaneo no invasivas, microscopía digital y análisis de muestras y su punto de partida estaba claro: el objetivo era despejar dudas sobre cómo pintó Vermeer esta obra de arte icónica y qué materiales utilizó.

Uno de los “descubrimientos” más importantes tiene que ver con el fondo tras la Joven: no se trata de un espacio oscuro y vacío, sino de una cortina verde. Los estudios visualizan líneas diagonales y variaciones de color que sugieren la presencia de una tela plegada en la esquina superior derecha de la obra, una cortina que habría desaparecido, en el paso de los siglos, a consecuencia de los cambios físicos y químicos en el pigmento verde, casi translúcido.

Fijémonos ahora en los ojos de la Joven. A simple vista, parecen no tener pestañas, pero los rayos X y el examen microscópico han revelado que Vermeer pintó pequeños pelillos alrededor de los párpados, rasgo que individualizaría más a la muchacha.

The Girl in the Spotlight también ha permitido saber más del sutil uso de los pinceles por parte del artista de Delft y de su manejo del color. Vermeer comenzó a componer esta obra en varias tonalidades de negro y marrón y los imágenes infrarrojas han detectado vigorosas pinceladas en las capas subyacentes. Realizó los contornos de la Joven con finas líneas negras y llevó a cabo cambios en la composición mientras pintaba: la posición de la oreja, de la parte superior del pañuelo sobre su cabeza y de la zona posterior del cuello se desplazaron. El artista se aplicó detenidamente en el fondo antes de alcanzar el primer plano, ocupándose primero del fondo verdoso y de la piel del rostro de la mujer y después de trabajar en su chaqueta amarilla, el cuello blanco, el pañuelo sobre su cabeza y, cómo no, en la perla.

El pendiente, por cierto, es en el fondo una ilusión: percibimos esa perla de la mano de toques translúcidos y opacos de pintura blanca, y nos falta el gancho con el que colgaría del lóbulo. La firma la dispuso el pintor en la esquina superior izquierda, donde puede leerse IVMeer, y en varias zonas del lienzo se han encontrado finas cerdas que los pinceles perdieron.

En cuanto al cromatismo, esta investigación ha identificado y mapeado con precisión, por primera vez, la paleta empleada por Vermeer en su obra más célebre. Se sirvió de rojo (el bermellón y otro obtenido a partir de cochinilla), de varios tonos de amarillo y marrón (tomados de pigmentos de tierra o de plomo-estaño amarillo), de azul (ultramarino e índigo), negro (carbón y hueso negro) y blanco: seleccionó cuidadosamente dos pigmentos blanquecinos de plomo con distintas propiedades ópticas para lograr la delicada transparencia y la transición perfecta de la luz a la sombra que apreciamos en el rostro.

Las materias primas empleadas en la elaboración de esos colores procedía, hoy lo sabemos, de todo el mundo: de México y América Central, Inglaterra y seguramente Asia y las Antillas. Ha sorprendido a los expertos el uso no menor de azul ultramarino de alta calidad tanto en el pañuelo como en la chaqueta, porque este tono se lograba a partir de lapislázuli llegado de Afganistán y su preparación era lenta y laboriosa. En el siglo XVII, ese pigmento era incluso más apreciado que el oro.

Los investigadores que se han sumado a The Girl in the Spotlight han llegado a la conclusión de que esta piedra semipreciosa podría haberse calentado a una temperatura alta para ser más fácilmente molida después y generar, a su vez, un azul más intenso.

El examen técnico a La joven de la perla se llevó a cabo en los meses de febrero y marzo de 2018 y, durante dos semanas, el público que se acercó al Mauritshuis pudo contemplar sus avances en directo (vidrio mediante). La iniciativa ha otorgado a los conservadores, además, información detallada sobre el estado actual de la pieza, de modo que cualquier cambio futuro en su superficie pueda ser fácilmente monitorizado a partir de ahora.

Fuente: masdearte

Pedagogía online, la apuesta de la Fundació Suñol para llevar el arte a casa

Propone contenidos vinculados a su historia o a los nexos entre arte y educación

La Fundació Suñol barcelonesa se suma a los centros que en estas semanas potencian sus portales para proponernos una extensa oferta artística online. Ha incorporado a su web nuevos apartados que buscan ser herramienta de conocimiento: en su sección de Actividades, visibiliza una serie de contenidos relativos a la historia de esta institución, como un vídeo de la que fue residencia de Josep Suñol Soler, Les Escales, concebida por el arquitecto Josep Lluís Sert como casa-museo, y también diferentes recorridos virtuales a exposiciones pasadas del centro, entre ellas las dedicadas a Luis Frangella (2011), a la escultura/objeto (2012) o a dieciocho autores fundamentales de la contemporaneidad representados en los fondos de la Fundació:  Andy Warhol, Antonio Saura, Manuel Millares, Darío Villalba, Miquel Barceló, Nino Longobardi, José Manuel Broto, Christo, Jean Arp, Lucio Fontana, Susana Solano, Claudio Bravo, Antoni Tàpies, Man Ray, José Mª Sicilia, Luis Lugán, Zush y Alberto García-Alix.

Además, y en colaboración con la Fundación Gloria Soler, este centro continúa trabajando en la puesta en marcha de iniciativas que vinculen creación y formación. La más reciente es #ArtacasaSuñolSoler, proyecto educativo que, partiendo de diversas obras de los fondos de la colección Suñol, se destina al público familiar y toma forma de cápsulas. Todas pueden consultarse aquí y nos animan a repensar qué ocurre cuando descontextualizamos objetos cotidianos, el modo en que el arte puede generar sentimientos y emociones y, a su vez, se nutre de ellas; las posibles relaciones entre la prótesis y el objeto artístico o la posibilidad de representar el movimiento.

Por otro lado, en el apartado Colección de su web, la Fundació nos permite rastrear online buena parte de sus fondos. Hay que recordar que el de Josep Suñol es uno de los acervos de arte contemporáneo más extensos de nuestro país. Lo componen trabajos de 250 artistas fechados entre 1915 y 2016 y su gestación primera tuvo mucho que ver con la amistad entre aquel mecenas y el galerista Fernando Vijande.

Los hashtags con los que podemos sumarnos a su actividad en redes durante el confinamiento son #ArtacasaSuñolSoler y #FSOnline.

Fuente: masdearte

Miró en casa y en juego

La Fundació Miró lanza proyectos virtuales para todos los públicos

Como tantos museos y centros de arte, la Fundació Joan Miró de Barcelona también se encuentra cerrada al público desde el 13 de marzo y hasta nuevo aviso a causa de la crisis del coronavirus. Desde el convencimiento de que, más que nunca estos días, el arte puede ayudar a mejorar nuestro bienestar, a ampliar horizontes y también a amenizar las horas de confinamiento, esta institución ha reforzado su presencia virtual a través de la iniciativa Miró en casa.

Se trata de un proyecto de contenidos online que incluirá acciones destinadas a acercar a un público amplio la obra y la figura de Miró y también a mantener la actividad pública del centro durante este tiempo de cierre (solo físico).

Miró en casa se desarrollará en los diferentes canales virtuales del museo y pretende inspirar a niños y mayores con el arte de Joan Miró, informar sobre los proyectos del museo y despertar la creatividad en el ámbito doméstico a partir de juegos y actividades, entre otras propuestas. Resumimos las líneas de trabajo:

Miró en juego. La Fundación nos ofrecerá una serie de juegos educativos para familias y para todos los públicos que nos permitirán ahondar en distintos aspectos de la trayectoria de Joan Miró: su vida, su obra y sus procesos de trabajo. Estarán disponibles en el apartado Familias de la web de la Fundació.

Leer Miró. Diferentes personalidades, empleados del museo y personas anónimas leen a Miró en una maratón de lectura en la Biblioteca Jacques Dupin, Centro de Documentación de la Fundació Joan Miró. La sesión tuvo lugar en junio de 2016 y ahora se recupera en el canal de YouTube de este espacio: así se da voz al artista a través de la lectura de cartas y poemas suyos, aunque también se incorporan textos de su biblioteca personal, conservada en el centro.

Play Miró. Podemos disfrutar asimismo de un recorrido en vídeo por la vida y la obra de Miró, pensado para familias y para todos los públicos. Está concebido para descubrir, desde casa, algunas de sus obras y etapas artísticas y vitales, y podemos verlo, de nuevo, en el canal en Youtube de la Fundació.

La historia de una gráfica. Este apartado nos propone repasar la evolución del diseño gráfico en los últimos cuarenta años a través de las campañas de la Fundació Joan Miró. Todos los carteles pueden verse en el canal en Pinterest de la Fundació.

Fuente: masdearte

Una de las vistas venecianas de Canaletto, restaurada en el Museo Thyssen gracias al micromecenazgo

Su estudio técnico y la restauración se han prolongado durante más de un año

Hace solo unos días os hablábamos de una restauración en proceso, y a la vista del público, en el Museo Thyssen-Bornemisza: la de Joven caballero en un paisaje (hacia 1505) de Vittore Carpaccio. Hoy podemos referirnos a otra que acaba de finalizar en el mismo centro: la de La Plaza de San Marcos en Venecia (1723-1724), una de las vedutas de Canaletto.

En el último año, esta pintura se ha sometido a un estudio técnico y a una restauración hecha posible gracias a una campaña de micromecenazgo que el Thyssen emprendió en 2018 y que logró reunir, en cuatro meses, los 35.000 euros necesarios para acometerla. Las aportaciones mínimas fueron de 35 euros.

La obra, fechada en la etapa de juventud del artista italiano, uno de los grandes vedutistas del siglo XVIII, es una de las pocas piezas de este autor que forman parte de colecciones españolas y la intervención recién terminada en el Thyssen (desde hoy mismo puede admirarse el resultado en su sala 17) ha tratado de paliar su deterioro, debido en parte a antiguas intervenciones y a varias capas de barniz oxidado y repintes que no permitían apreciar su cromatismo y luminosidad originales. Así, se han retirado los repintes y barnices degradados y se han reintegrado al lienzo algunas pérdidas.

Canaletto. La Plaza de San Marcos en Venecia, 1723-1724. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Foto general después de la restauración: Hélène Desplechin

Hay que tener en cuenta, además, que La Plaza de San Marcos en Venecia presenta un reentelado efectuado en fecha desconocida y que se modificaron sus dimensiones, ampliándolas en dos centímetros a cada lado, doblando lienzo sobre el bastidor. Ahora podemos apreciar con mayor nitidez los detalles que pulió Canaletto: las figuras aisladas o en grupos, los elementos arquitectónicos u ornamentales, los animales y los objetos del mercado…

Por otro lado, el estudio técnico de la pintura ha permitido desvelar información sobre las maneras de pintar del autor veneciano. Sobre el lienzo original aparece una imprimación de color rojo-anaranjado, realizada con una mezcla de pigmentos de tierra aglutinados con aceite secante, y sobre ella podemos apreciar algunos trazos finos y ligeros aplicados con carbón vegetal en seco que, quizá, permitirían delimitar áreas que definirían la composición. Más adelante, el veneciano aplicó grandes manchas de color que servirían de fondo a los espacios establecidos dentro del cuadro: un fondo gris para el cielo, una mancha de color pardo amarillento para las zonas con más luz de la plaza y de los edificios y un fondo pardo negruzco para las arquitecturas más oscuras o en sombra.

Y sobre dichas grandes manchas de color dispuso la pintura al óleo, que presenta mezclas de pigmentos de calidad, como el albayalde, el azul de Prusia, el amarillo de Nápoles, el bermellón, el laca rojo, el carbón vegetal, el negro de huesos y abundantes pigmentos de tierra de tonos rojo, sombra, anaranjado y verde.  En ciertos puntos, como en el conjunto de cúpulas que corona la basílica, se observan además trazos de dibujo sobre la pintura que refuerzan los volúmenes de la composición.

La radiografía, por su parte, ha permitido detectar la huella de un compás que utilizó Canaletto para situar los cuatro arcos decorativos del cuerpo superior del campanile, apreciándose en el centro de cada uno el correspondiente agujero y el trazado inciso de cada curvatura. El empleo de este instrumento de dibujo no era raro, pero es llamativo su uso sobre la capa pictórica. También ha posibilitado apreciar que ocultó parte de la ropa tendida entre los arcos de la fachada del Palacio de las Procuradorías Viejas con capas de pintura y que varió las proporciones de la chimenea, así como la iluminación de la fachada, en inicio más sombría.

Por último, la fotografía infrarroja ha permitido observar las líneas subyacentes que definen la perspectiva de la composición y otras que facilitaron a Canaletto ordenar los edificios que representa, así como cambios en la distribución de los ojos de buey que rematan el edificio de la Procuraduría Vieja, bajo la cornisa: algunos se desplazaron respecto al diseño original.

Sabed que, cuando visitéis la sala 17, podréis contemplar la contemplación de esta veduta con las imágenes y textos explicativos que aparecen en una mesa interactiva.

Canaletto. La Plaza de San Marcos en Venecia, 1723-1724. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Proceso de limpieza. Fotografía: Hélène Desplechin

Fuente: masdearte

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